Te voy a hacer una pregunta con voz de locutor sexy: ¿Te corres de gusto cada vez que jugosas palabras salen por tu boca, esta se te hace agua... y tal vez tus oídos te transportan a idílicos y exóticos lugares, cual tentador canto de sirena? Entonces amigo, quizás tienes un problema.
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Así es, saber escuchar es fundamental. Eso quiere decir que tienes lo que se llama inteligencia emocional. Que no estás solo centrado en ti mismo, que buscas comprender a la gente, y que para ti es más importante cerrar la venta, que ver quién tiene razón.
Una aclaración sobre el vídeo, en ocasiones hay clientes que no muestran ningún interés por hablar, y parecen totalmente personas con sangre de horchata. Solo te miran fijamente. Es en estás ocasiones cuándo les bombardeo con todo mi material. Y luego suelto alguna pregunta del tipo ¿hasta aquí que te parece?. O directamente voy al cierre "entonces esto es lo que te voy a entregar, ¿tienes algún sitio dónde me pueda apoyar?". Hasta yo mismo y a estas alturas, me sigue sorprendiendo la de veces que esto funciona.
Para acabar por hoy una anotación graciosa: pese a que escuchar es importante, y dejar que los clientes hablen y expresen sus dudas y temores, a veces puedes puedes persuadirlos desconectando su mente lógica. Si ves que ya los tienes ahí ahí, les gusta el producto, y estás apunto de cerrar la venta, pero notas algo de resistencia, es el momento de empujar, no de revolver la mierda. Yo lo llamo "jugar al despiste", o "locura". Le empiezas a bombardear con distintas conversaciones como "¿qué hora es?", "¿cuánto lleva esta tienda abierta al público?", y acto seguido sigues con la venta. La idea es no dejarles pensar de manera racional.
¡Un saludo!
Val Fierro - VTR
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